Rzeszów
Rzeszów
Rzeszów es la capital del voivodato de Subcarpacia, una región al pie de la cadena de montañas de los Cárpatos de la franja sureste de Polonia. Su nombre tiene origen en el latín: Resovia.
Rzeszów, una de las ciudades más antiguas de Polonia, ofrece un viaje apasionante a través de su historia. Situada en una encrucijada comercial entre Europa y Oriente Medio, la ciudad creció rápidamente desde que recibió derechos municipales en 1354 gracias al rey Casimiro el Grande. Sin embargo, su desarrollo se vio afectado por un gran incendio en el siglo XV y, más tarde, por la gestión poco favorable de la familia Lubomirski en el siglo XVIII.
A finales del siglo XIX y principios del XX, Rzeszów vivió un momento de gran impulso: se construyeron nuevas calles, casas y colegios, transformando el aspecto de la ciudad. Este progreso se frenó con la llegada de la Primera Guerra Mundial y las tensiones del periodo de entreguerras, marcadas por huelgas y disturbios. Fue entonces cuando la ciudad se consolidó como un centro industrial clave, destacando en la producción de armas y aeronaves con la creación de las Fábricas Estatales de Aviación (PZL).
La Segunda Guerra Mundial dejó una huella profunda en Rzeszów. La ciudad, donde los judíos representaban cerca de la mitad de la población, vivió la tragedia del gueto de Rzeszów entre 1942 y 1943. Hoy, los visitantes pueden recorrer los vestigios de esta historia, incluida la sinagoga más antigua de la región y rutas que recuerdan la vida de la comunidad judía local.
Rzeszów es una ciudad compacta y fácil de recorrer a pie. El mejor punto de partida es su encantador casco antiguo, donde la Plaza del Mercado (Rynek), con su forma trapezoidal, es la gran protagonista. En el centro se alza el Ayuntamiento, rodeado de varios lugares interesantes para descubrir:
Museo Histórico Municipal: perfecto para adentrarse en la historia local y entender la importancia comercial y defensiva que tuvo la ciudad en siglos pasados.
Ruta subterránea: a unos 10 metros de profundidad, esta visita nos sumerge en la vida comercial medieval. Sus pasillos y sótanos guardan objetos de la época y hasta un almacén del famoso vino húngaro Tokaj.
Museo Etnográfico: ofrece un vistazo a las diferentes influencias culturales de la región, desde las tradiciones del este y oeste hasta la comunidad judía. También es muy popular su colección de juguetes de los años 40 y 50, ideal para que los más pequeños descubran cómo se jugaba antes.
Museo de Dobranocka: para quienes quieran ir un paso más allá, este museo revive las entrañables películas infantiles polacas que se emitían antes de dormir en televisión. Una visita nostálgica y muy curiosa.
Entre elegantes ejemplos del estilo rococó destacan los palacios aristocráticos del siglo XVII, que fueron las residencias de verano de la familia Lubomirski. Pasear por estos palacios es como viajar atrás en el tiempo.Y si visitas la ciudad en verano, no te pierdas el Festival de Órgano de los Subcárpatos, que se celebra en julio en lugares emblemáticos como el Monasterio de los Padres Bernardinos y la iglesia de San Estanislao y San Adalberto, entre otros templos históricos.
Durante el verano, dos sábados al mes, en el centro de la ciudad podrás ser parte del espectáculo de las fuentes: con la temática relacionada con la naturaleza.
No podemos terminar el recorrido sin haber probado la cocina tradicional de la región. A pesar de tener los mismos platos en todo el país, cada región tiene su plato estrella, en este caso: la sopa „zalewajka„, a base de masa madre con patatas cocidas, o los “proziaki”, unos pequeños bollos de pan hechos en la sartén sin aceite, a base de bicarbonato.
Si aún dispones de tiempo y quieres visitar los alrededores, una buena opción es:
Przemysl y el castillo de Krasiczyn están a poco más de una hora de viaje en coche;
La pintoresca Sanok, con su museo de iconos y el museo etnográfico al aire libre, se encuentra a 75 km; por el camino merece la pena parar en Blizne y ver, por le menos desde fuera, su iglesia de madera Patrimonio de la Humanidad (la región cuenta con 6 monumentos de la misma característica);
A unos 70 km al sur y suroeste de Rzeszów, hay muchas más localidades con encanto, algunas con estatus de balneario (Iwonicz Zdrój); si te pierdes por la zona, haz una parada en Krosno que se hizo famosa por su producción artesana de objetos de cristal y cristal tallado;
Para llegar al Parque Nacional de los Bieszczady (la localidad de Ustrzyki Górne), sumergirse en la naturaleza y contemplar los cielos estrellados en verano, lo mejor es hacerlo en coche; el viaje dura unas tres horas y bien merece la pena quedarse un par de noches por la zona. Si visitas la región en mayo, el festival Przystanek Rock Bieszczady te espera con una fusión de naturaleza y música de rock, o un festival de música folklore tradicional de la zona, en agosto.
El aeropuerto internacional y vuelos directos desde Alicante (temporada de verano 2025) con Ryanair, pueden ser un aliciente para conocer una de las ciudades y regiones más desconocidas para el viajero español.