A pesar de todos los impedimentos por parte de las autoridades comunistas polacas y desde la URSS, la peregrinación papal fue un éxito desde el primer día cuando, al finalizar la homilía en la Plaza de la Victoria (hoy, Plaza Piłsudski) con estas palabras:
Y grito, yo, hijo de tierra polaca, y al mismo tiempo yo: Juan Pablo II Papa, grito desde lo más profundo de este milenio, grito en la vigilia de Pentecostés:
¡Descienda tu Espíritu!
¡Descienda tu Espíritu!
¡Y renueve la faz de la tierra!
¡De esta tierra!
Los polacos comprendieron el sutil mensaje de renovación necesaria, aquí y ahora, lo que llevó a los importantes cambios un año después en Gdańsk y, posteriormente, en toda Polonia.
Visitando Varsovia, encontrarás muchos lugares visitados por el Papa Juan Pablo II y las huellas espirituales que ha dejado en la ciudad:
la actual Plaza Piłsudski alberga una cruz que conmemora la primera peregrinación de 1979
la catedral de San Juan Bautista, en el casco antiguo de la ciudad, fue testigo del encuentro de Juan Pablo II con Teresa de Calcuta en 1983
la "casa de las ursulanas" fue el lugar donde solía alojarse Karol Wojtyła y que consideraba su casa en Varsovia; se puede visitar la habitación que utilizaba durante sus estancias en la capital
la Nunciatura Apostólica
el monumento que rinde homenaje a los Caídos y Asesinados en el este, sin olvidarse de ninguna religión al representar las cruces latinas, ortodoxas y símbolos judíos y musulmanes
Umschlagplatz, la visita del Papa al punto de partida de miles de judíos hacia los campos de concentración durante la ocupación nazi, confirma su empatía hacia las víctimas, independientemente de su fe
