Durante veinticinco años formó a muchos estudiantes y su círculo de amigos se hizo más amplio. Gozaba de respeto y simpatía, y precisamente en este círculo de estudiantes y enemigos empezaron a llamarle "Tío" (Wujek en polaco). Se conservan, originales, objetos y espacios de su trabajo (en la Universidad) y vivienda (en la Congregación de las Hermanas Ursulanas de la Unión Romana) que utilizaba cuando estaba en Lublin. La iglesia académica conserva gotas de sangre de San Juan Pablo II.