Monumentos de la cultura y religión judía
Los judíos vinieron a Polonia a finales del s. XV y no es de extrañar que quedan testigos de su rica cultura.
Antes de la II Guerra Mundial en Polonia había 3,5 millones de judíos. A raíz de la guerra actualmente en Polonia viven tan sólo 3,5 miles de judíos, y, desgraciadamente, se han perdido en acciones militares muchos monumentos, como la sinagoga de Tarnów donde queda solamente parte de la valla con la estrella de David.
En la Varsovia de antes 1939 había más de 300 sinagogas, hoy los turistas pueden visitar sólo la Sinagoga Nozyków. Donde mejor se han conservado los monumentos judíos es en Cracovia con su intacto barrio judío Kazimierz que coge su nombre de un rey polaco que había regalado esas tierras a los judíos venidos de fuera. Esta herencia judía Cracovia lo celebra todos los años organizando El Festival de Cultura Judía en junio. Más pequeño, Tykocin, en la parte noreste de Polonia es un buen ejemplo de una pequeña ciudad judía.
Otro de los ejemplos de la cultura y tradiciones de los judíos en Polonia son los kirkut, es decir, los cementerios judíos. Los más importantes y visitados por los judíos es el kirkut en Lodz con la monumental tumba de Izrael Poznanski, el cementerio judío en Bobowa, y la tumba de Elimelech en Lezajsk.
Se nota el renacimiento de festejos religiosos judíos que lo comparten llegando también a Polonia en fechas tan señaldas como Jom Kipur y Purim, considerado este último el carnaval judío. El visitante polaco y extranjero puede aprovechar este momento para degustar los típicos para esta fecha pastelitos llamados "la orejas de Haman".
La gastronomía judía está presente en el mapa de Polonia en muchas ciudades y regiones con tradición judía. Los más conocidos son el restaurante Alef y Klezmer-Hois en el barrio judío de Kazimierz en Cracovia, Menora en la Plaza Grzybowski de Varsovia y Tejsza, en el mencionado Tykocin. Todos sirven las especialidades judías más populares.
