Su capital es Cracovia, punto de partida para múltiples posibilidades de seguir las huellas de Juan Pablo II, naturalmente. Igual de natural y original, la anécdota que contaba el Papa. Haciendo senderismo en los Tatra, el cardenal Wojtyła, vestido de paisano para la ocasión, se encontró por el camino con un montañés que le pregunta: ¿De dónde venís?. De Cracovia, responde el cardenal. ¿Y quién sois?, sigue indagando el montañés. Soy cardenal. Y dice el montañés: Eeee, si sois el cardenal, yo soy Santo Padre.
La idiosincrasia y el sentido de humor de los montañeses tuvo cierta influencia en la manera de ser de Karol que, por proximidad, viajaba mucho por la región desde joven. Por lo tanto, las posibilidades de visitar sus lugares preferidos son muchas, en una ruta llamada "La Ruta de JPII de Polonia Menor" (Małopolski Szlak Papieski), de 230 km de longitud (sin contar sus variantes). Empieza en Kalwaria Zebrzydowska y termina en la pintoresca localidad de Nowy Sącz. Las variantes nos llevan más hacia las únicas montañas alpinas en Polonia, Los Tatra. La ruta principal con variantes mide más de 600 km. Se puede hacer en verano o en invierno con esquí de fondo.
No hay que olvidar que nos encontraremos con preciosos ejemplos de la arquitectura de madera, original y propia de la región, y las iglesias de madera (algunas Patrimonio de la Humanidad).
