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I     Destino próximo, seguro y solidario

Finales del verano y principios de otoño es una buena época para viajar a Polonia. Las temperaturas son suaves, los museos mantienen sus amplios horarios de verano (hasta el 31 de octubre) y los días son largos para disfrutar también de actividades al aire libre.

Los vuelos directos desde Madrid y Barcelona de LOT Líneas Aéreas Polacas operan diariamente y hay más posibilidades de viajar con líneas de bajo coste también desde otros aeropuertos españoles. Un viaje de poco más de tres horas te lleva a un destino completamente seguro y, además, solidario. Los polacos han acogido a los refugiados ucranianos en casas particulares y a nivel estatal se les proporcionó además permisos de residencia, atención médica, bolsa de trabajo y programas de escolarización para los niños.

La solidaridad es un valor universal que los polacos también quieren compartir con los turistas a los que esperan con los brazos abiertos.

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II     Circuitos clásicos

Cracovia es el destino más popular entre los turistas extranjeros que visitan Polonia. Es una ciudad que no decepciona, visite cuando se visite, y está incluida en la mayoría de los planes de viaje, sean circuitos organizados para grupos o propuestas para turistas individuales. Si añadimos a esto Varsovia, la capital, una estancia de seis noches (recomendada) se convierte en una experiencia viajera muy gratificante. Cada una tiene su propia historia, manera de ser e incluso gastronomía. Ambas comparten su respeto a conservar las múltiples zonas verdes dentro y en la proximidad (parques nacionales), y muy buena infraestructura y servicios para los turistas. Se pueden visitar de mano de guías hispanoparlantes o, en museos, con audio guías en español.

Están muy bien conectadas en tren (2 h 15 minutos de viaje en tren rápido) y con la actual red de conexiones aéreas, permiten empezar el viaje en una ciudad y salir por la otra.

Tanto Varsovia como Cracovia fueron escenarios de varias películas mundialmente conocidas basadas en hechos reales (El Pianista, La Casa de la Esperanza, La Lista de Schindler) y, por lo tanto, durante la visita transmiten al viajero valores y conocimientos universales. También por esta razón deberían estar en la lista de las ciudades europeas a visitar alguna vez en la vida.

  • Palacio sobre el agua, Jardín de Baños Reales en Varsovia
    Palacio sobre el agua, Jardín de Baños Reales en Varsovia
  • La famosa rosquilla de Cracovia
    La famosa rosquilla de Cracovia
  • Plaza del Castillo Real, Varsovia
    Plaza del Castillo Real, Varsovia
  • Castillo de Wawel, Cracovia
    Castillo de Wawel, Cracovia
  • En Varsovia conviven diferentes estilos
    En Varsovia conviven diferentes estilos
  • Plaza de Mercado, Cracovia
    Plaza de Mercado, Cracovia

 

III     Sorpresa positiva

Por regla general, los turistas españoles indican que Polonia les pareció toda una sorpresa. Les gustó mucho lo que vieron, se quedaron satisfechos o muy satisfechos con el nivel de los servicios y sus precios, y no descartan volver para conocer más.

Hay muchas ciudades históricas que explorar además de Cracovia y Varsovia.

Gdańsk es, según muchos, la capital mundial del ámbar y su historia es aún más antigua que la de Cracovia. Satisfará a todo viajero que busca una bella arquitectura de una rica ciudad comercial (miembro de la antigua Liga Hanseática), valores comunes para la historia de Europa (Solidaridad, el famoso sindicato independiente que con nueve años de antelación promovió la caída del Muro de Berlín), la cercanía de playas de arena fina en la costa báltica y de otros lugares de interés, sobre todo el castillo de los Caballeros Teutones en Malbork, a 50 km y 25 min. desde Gdansk en tren.

En la parte suroeste del país Wroclaw, o Breslavia, es otra ciudad milenaria donde descubrir algo único: las pequeñas figuritas de los gnomos (más de trescientas) se colocaron convenientemente al lado de los edificios históricos del casco antiguo para sacar la sonrisa a niños y adultos.

Para viajar entre estas ciudades el tren es un medio de transporte cómodo y económico, aunque están también bien comunicadas por autopistas y autovías permitiendo preparar viajes del autor (incluyendo Varsovia y/o Cracovia) y descubrir localidades pequeñas con encanto en ruta.

Vista del casco antiguo de Gdańsk

 

 

IV     Diversidad y turismo de experiencias

Polonia responde bien a las expectativas del viajero que busca experiencias durante el viaje.

El turismo urbano y el activo en la naturaleza van aquí de la mano. Los espacios verdes son comunes tanto dentro como fuera de las ciudades que incluso tienen parques nacionales a sus puertas (Varsovia, Cracovia y Poznań).

Prácticamente cada uno de los 23 parques nacionales ofrece rutas para practicar senderismo o bicicleta, pero solamente uno (el de Bialowieza) permite sumergirte en una reserva que no cambió durante cientos de años (reserva estricta) o encontrarte cara a cara con el bisonte europeo que vive allí en libertad.

Música de Chopin en un parque (Varsovia); festivales de luz (Torun Lodz, Varsovia), una noche de jazz; reconstrucciones históricas; aprender a bailar la polonesa o preparar el pastel de miel y jengibre (Torun); escuchar un concierto en una mina: hay un gran abanico de posibilidades para amenizar el viaje según la época del año.

Manada de bisontes que viven en libertad en el P. N. de Bialowieza

 

V     Sabores

El final del verano y principios del otoño es la época de la cosecha. Visitando cualquier mercado al aire libre, el olor a frutas, verduras y setas recién recogidas es único e invita a probar los platos más típicos de la temporada.

Entre ellos cuentan platos de cuchara, algunos servidos en una contundente hogaza de pan.

En Polonia hay dos tipos de gastronomía. La “campesina” abarca gran número de platos tradicionales como las empanadillas (pierogi), sopas (hay más de trescientas recetas), verduras cocidas con salchichas ahumadas y carnes estofadas. La decoración de los restaurantes suele aludir en este caso a la cultura rural, con elementos folklóricos y cerámica típica de la región.

La “cocina noble” se nutre de lo tradicional y de las influencias que a raíz de la historia del país llegaron aquí de manos de los judíos, de la cocina turca y, finalmente, francesa. En elegantes restaurantes podremos probar ganso o pato asado, caza y elaborados postres, catando incluso vinos del país (¡otra sorpresa positiva!). Los precios son asequibles y competitivos, teniendo en cuenta la calidad de la comida y la manera de servirla.

Polonia está abierta a nuevas tendencias: Varsovia se encuentra entre los líderes mundiales en cuanto al número de establecimientos para veganos y vegetarianos.

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VI     Datos de interés

No se requiere ningún documento sanitario para viajar a Polonia.

Los ciudadanos de la Unión Europea pueden viajar a Polonia con su DNI válido y tarjeta sanitaria europea.

El uso de las tarjetas de débito o crédito es común si el viajero no quiere cambiar el euro en la moneda polaca llamada złoty. En tal caso, se recomienda cambiar el efectivo en las oficinas de cambio llamadas kantor en el centro de las ciudades: a diferencia de los aeropuertos, ofrecen mejor cambio y no cobran comisión.

El transporte público urbano es económico. Un billete de 24 h en Varsovia cuesta 15 złoty, es decir poco más de 3 euros para moverse libremente en cualquier medio (bus, tranvía, metro).

El billete de tren entre Varsovia y Cracovia en 2ª clase (recomendable) cuesta, de media, 35 euros (tren IC o EIC). Las agencias pueden comprar los billetes online recibiendo factura correspondiente. Contacta con nosotros para más detalles.

Puedes tener un detalle con tu cliente: facilítale este enlace (Folletos) para que pueda descargar o pedir el envío gratuito de folletos y planos a su domicilio.

¿Tienes dudas? ¿Requieres información más precisa? Contacta con nosotras (Paula y Ágata) a: info.es@polonia.travel

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